En esta etapa de nuestra vida, no sólo cambia nuestro estado físico, también nuestra mentalidad, ideas y pensamientos. Es importante tener una buena salud psicológica y emocional para sobrellevar los cambios que se dan en esta nueva etapa.
Las áreas sobre las que se puede intervenir desde la psicología en esta etapa son las siguientes:
El estilo de vida y el funcionamiento físico
La mejora del funcionamiento cognitivo (previniendo o mejorando las demencias)
El mantenimiento del nivel de funcionamiento afectivo y de afrontamiento
El interés en el funcionamiento social y participativo.
Diagnóstico y tratamiento en problemas de salud mental (ansiedad, depresión…)