Todos los niños pequeños mienten en algún momento. A priori no hay problema en este aspecto, sólo que cuando esta acción se convierte en costumbre, puede ser un grave  problema en la educación y en el desarrollo del niño.

Como en muchos otros aspectos relacionados con el desarrollo de nuestros hijos, una parte esencial está en la educación del niño por parte de los padres y cuidadores. Los niños, sobre todo en edades de 4  a  7  años,  tienden  a  imitar  el  comportamiento  de  los padres. Ellos deben dar ejemplo, y no mentir delante de los pequeños, ya que les tomarán como modelo de conducta a seguir.

Pero, ¿Por qué mienten los niños?

Los niños menores de 3 años, no diferencian entre la verdad y la mentira. Pueden confundir lo que pasa en su imaginación, con los hechos reales. No hay intencionalidad de mentir, y no deben ser castigados o regañados por ello.

Niños con edades entre 3 y 5 años, es la etapa en la que comienzan a mentir, pero de una forma inconsciente. No diferencian entre el bien de decir la verdad, y el mal de mentir. Al ir llegando a los 5 años, es cuando se empiezan a dar cuenta de las consecuencias de mentir. Son una esponja que asimilan e imitan los comportamientos de los padres, así que ¡Cuidado con las mentiras, aunque sean piadosas! Esencial no olvidar la importancia de no mentir delante del niño (inventar historias que él sabe que no han ocurrido, decir “dile que no estoy” cuando llaman a casa…).

A partir de los 5 años, los niños aprenden a discernir la verdad de la mentira, aunque todavía no saben reconocer si la mentira es algo malo. La mejor manera de averiguar cuando nuestro hijo miente en estas edades es fijarnos en sus facciones. La cara suele estar tensa, miran hacia todos los lados y se les ve más nerviosos de lo normal.

¿Qué hacer cuando nuestro hijo miente?